El proyecto buscaba iluminar diferentes calles del barrio del Raval de Barcelona con arcos navideños mediante un proceso de formación, producción y acompañamiento a personas en paro, todo ello realizado en un entorno que fomentara la participación comunitaria involucrando a diferentes entidades, instituciones, colectivos y vecinos. El proyecto se ve como una oportunidad para enfatizar la cohesión entre los habitantes del barrio, su sentimiento de pertenencia, la gran diversidad cultural que existe y, al mismo tiempo, mejorar la imagen que se tiene de él. Los arcos muestran escenas de diferentes vínculos de relación, amor y amistad entre distintas personas del barrio.