En 2018 el MAC conmemoró su 40 aniversario y entre sus prioridades figuraba dotarse de una identidad gráfica que lograra distinguirlo dentro del panorama actual. Para tal fin se trabajó en un rediseño de marca, un nuevo logotipo para el museo. Al elaborarlo, el diseñador consideró primordial tomar en cuenta la historia y propuso partir del elemento que se constituye como un sello en sí mismo: el edificio estilo neocolonial (1930) utilizado en la papelería anterior como logotipo. Así, se decidió reinterpretarlo, deconstruirlo, para expandir sus posibilidades gráficas y generar a partir de él una identidad de marca dinámica, adaptable y hasta mutable a las múltiples necesidades de un espacio creativo y de nuevos lenguajes.