El proyecto tuvo la particularidad de ser un ejercicio gráfico que no admitía reducción, casi un arquetipo de la no identidad por la vastedad y variabilidad de la poesía de Huidobro. La tipología de las piezas es amplia, pero se generó un protocolo de creación racional que no traicionara una obra que es, en sí misma, altamente visual. La traducción pasa del papel al textil, desde la abstracción a la manipulación física de la palabra por medio de una prenda flexible que permite la usabilidad de la poesía. El gesto humano configura la obra como algo vivo y la traslada al mundo contemporáneo por medio de otro soporte.