Paraguay es un país sustentado en gran parte por la ganadería, donde aún se emplean antiguas técnicas en ciertos pueblos aislados para curtir el cuero y donde los productos elaborados con estos materiales son muy útiles en el campo. El conocimiento de la técnica y las propiedades del material, antigua y vigente práctica, pasa de generación en generación. Estas carteras tienen como fin rescatar y valorar a la vez el material primario, el cuero, y simbolizar a través de ellas la prolongación de la piel de quien las posee. Forjadas plenas de historias, marcas, cicatrices, muescas y heridas. Las formas (sobres) de las carteras, propias de quienes cargaban vida en ellas, atraviesan el tiempo y hoy son conceptos vitales.