Terminal 4450 es un contrasentido: por un lado, el nombre es un homenaje al lugar donde está asentado y, por otro, es lo contrario de la oferta habitual de la ciudad, presentándose como un moderno asador. Con el fin de hacer sentir al cliente una experiencia de viaje, con referencias al entorno aeroportuario, la identidad gráfica se inspiró en los objetos significativos de los viajes, desde maletas hasta pasaportes, incluyendo a la estructura que une la plataforma con el avión. La marca se ha creado con la intención de que parezca un intercambio de números que recuerdan a la terminal de salida y llegada del aeropuerto. En el interior del espacio se instaló una carta de generosas dimensiones con el mismo propósito, para dar al cliente la sensación de estar en una sala esperando información sobre su vuelo.