Jägermeister quiso realizar un packaging de edición limitada en el que se destacaran elementos que identifican a diferentes regiones del país boliviano, mezclando elementos de su diversidad cultural con los de la marca con objeto de reforzar el vinculo de ésta con el consumidor. El packaging guarda un mensaje oculto que sólo puede ser descubierto usando una pestaña con filtros verde y rojo que va dentro del empaque; esto se consigue gracias a la separación de colores con sus tonos complementarios (verde-rojo): mediante el verde se observan los símbolos bolivianos y una parte del mensaje mientras que el rojo destaca la simbología propia de Jäger y el final del mensaje.