Proyecto de interiorismo para Hospital de Día que recibe niños de 6 meses a 18 años para tratamientos que no requieren internamiento. Se trata casi siempre de enfermedades crónicas, por lo que son niños que pasan muchas veces por el espacio a lo largo de su vida. Dada la variedad de edades, se optó por usar manchas y texturas con colores fuertes, contrastando con figuras imaginarias dibujadas en gris. El trazado simple las aproxima al dibujo infantil, alentando a que los niños recreen o inventen nuevas figuras. La intención es que, a partir de estos personajes, los niños y sus cuidadores puedan crear relatos juntos, con historias más felices que las que podrían asociar a la enfermedad.