Esta colección intenta reflejar una esencia diferente de La Habana, sugiriendo dos de sus aspectos más notables: por un lado la belleza arquitectónica -en especial, la del estilo Art Decó- y por otro, el deterioro de sus calles. Para el diseño de las piezas se utilizó plata y chapapote. Este último se obtuvo del excedente del asfaltado de una importante avenida de la capital cubana. El empleo de dicho material constituyó un elemento singular y renovador para generar un producto de vanguardia. La fotografía es de Anielka Carmona.